martes, octubre 31, 2006

In short they go bad...

Tan fácil desapareciste… Tan poco luchaste por quedarte. Me queda nada más el recuerdo. El saber q’ fuiste, q’ sos y q’ serás.
Extraño, porq’ soy yo quien te intentó expulsar y quien no lo acepta al mismo tiempo. ¡Quedáte para mí! ¡Para nadie mas q’ para mi!
¿No notaste q’ creí? ¿No mediste; no viste cuan desbordado de alegría estaba? ¿No te conformaba verme tan feliz ya? ¿No pudiste haberte detenido; decir basta?
Lo malo es bueno para mí. Estoy tan aburrido, tan limpio, tan ignorado. Solo he sido predecible, respetable, admirable… Si los pájaros se van de acá ¿Porq carajo no yo?

Todo lo q’ lograste ahora es una fantasía. Creíste jugar mis juegos de ciudad ¿No? Pero no, se de que se trata.
Se como la sucia ciudad siente y aparenta. Lo probé en estos días. Debías haber confiado.

Desearía...

No estás listo para el mundo de acá afuera. Pretendés demasiado, pero no podes ocultarlo. Y se dije q' estaría junto a vos...
Tu camino está sin recorrer y todo cuesta arriba. Podrías transitarlo, pero nunca lo vas a hacer. Y fui la razón por la q' te mantuviste de pie.
Desearía decir las palabras correctas para ayudarte a atravesarlo. Desearía jugar a ser tu padre y llevarte de la mano. Desearía quedarme, pero ahora entiendo; solo estoy estorbándote en tu camino.
Las tristezas a tu alrededor no las escuchás en lo mas mínimo; porq' pensás q' voy a estar ahí para hacerlo. Entonces solo te arrastrás cuando deberías mantenerte en alto.
Desearía ayudarte a bajar la guardia y dejarte descansar al fin. Desearía matar a tus bestias pero ya pasó demasiado tiempo. Desearía quedarme; como un amigo, siempre firme. Pero solo estoy estorbándote en tu camino.
Creéme, no me quiero ir... Y eso me destrozará porque te quiero mucho. Ojalá pudiera creer que sólo ha sido esta vez pero debo hacer lo que debo. No puedo superar esto, hasta aquí hemos llegado aunq' ojalá pudiera quedarme... Ojalá...

viernes, octubre 27, 2006

Soy abstracto y soy del sur...

Es verano y sin embargo, despierto en la noche. Debería de resultarme extraño pero agradezco que no halla sido la luz a través de mi ventana la q hoy marca el comienzo de mi día.

Mi vestir; lo de siempre. Mis energías; ya no me asombra que en esta vida, no importa el tiempo con que uno disponga siempre el apuro está presente.

Me "aventuro" a la calle aunque mis andanzas ya no me agraden. Subo el cordón e instantáneamente paso a ser uno más. Uno mas luchando por llegar a alguna parte, uno más que deja de vivir por un momento para ser prisionero del tiempo. Uno más que llegará, o intentará llegar a ese lugar al que no desea llegar.

El viaje comienza tan rápido como veo salir el sol entre la urbanidad. Sé que no llegaré a tiempo. Quizás halle alguien a quien pueda yo culpar, pero eso no me interesa. Sólo intento desdoblegarme de cualquier culpa que, a mí, se pudiera adjudicar. Ya únicamente puedo bajar la cabeza. Ver nuevos recorridos y esperar.

Intento no pensar. En estos momentos es mejor aferrarme a lo que llevo puesto y no a lo que me falta o necesito.

Despierto. ¿Acaso me dormí?

–No pensar- nuevamente recuerdo.

Miro los edificios, miro las calles y cruzo este río que alguna vez fue digno de serlo. La luz del amanecer, reflejada en los techos brillantes ciega mi vista. Es la advertencia de que me acerco. Me acerco, a donde no deseo llegar.

Gentíos, luces, sonidos y este calor que comienza a quitar el frío que heló a mis dedos. Mi cuerpo que, aunque en vigilia, estaba dormido comienza a despertarse. Agradezco a los murmullos, los ruidos, estos brillos reflejados en mis ojos y a esta calida brisa brindarme sus energías. Será una lastima gastarlas en el lugar al que me acerco pero, indefectiblemente, no deseo llegar.

Espero a estar solo. Seré el último ser que descienda el cordón para dejar de ser uno más.

Tan rápido como el primer tramo comenzó, tan urgente como mi febo amaneció; bajo estas escaleras para pasar nueva e incasablemente a ser otro más.

Vuelve la noche. Adornada de metal. Adornada con esto que no se como llamar. Este apuro para llegar a donde no queremos llegar. Este miedo de saber que pese a que ya es tarde, aun demasiado tarde, debemos de correr. Adornada con esta carrera en la que compito solo y no siempre gano.

Encuentro facilidades para salir al día nuevamente. Facilidades para mi travesía. Luego una calle mas que ahora cruzo y un mundo al que llego sin desear llegar. Un mundo que ni el calor del Sol puede incitarme a contar.

Cuando me diga, ven aquí... Renaceré.

Soy lo q sos.
Preparé el terreno y me dispuse a intentar. No funcionó, no germinó. No pude darte lo único q necesitabas. Mi semilla. Mi arcilla con la cual amasarías la raíz de tu mundo.

Y lograste perder tu mitad, alguien sin piedad hizo q me fuera. ¿Acaso no ves quién?

Tal vez un día vos también, mirando para atrás, puedas decir “se acabó”. Pero te falta mucho. Te falta vivir. Y no lo estás haciendo bien. Y yo no estoy ahí para guiarte.

Y día a día te soy una planta. Te soy una canción, un juego, una imagen y un recuerdo.

Te prolongo mi ser, te entrego mi existencia pero no mi cuerpo. Estoy con vos, pero no me ves. Aunq no me ves, porq no querés.

Ojalá algún día pueda creer q mis palabras no son simplemente sonidos huecos q solo emito para mi bienestar.

Te dejo. Te dejo mi Sol en tu vida. Mi estar sin miedo, mi creencia en el amor. Y mi afán por sembrar esperanza en tu camino.

Hoy solo soy una gota de sal q te llora.

Quizás algún día te vea y logre ver q morís. Pero porq ya viviste y no porq no pudiste.

lunes, octubre 23, 2006

El príncipe ignoto

Ahí vas príncipe. La inocencia te sigue detrás.

¿Te sigue naturalmente o la estás buscando? Prométeme q es un pesar q llevas sin querer. Déjame notar en tu mirada lo q le oculto al mundo. Déjame creer q somos ambos los q lo represamos. Déjame ver a través de tus ojos sin miedo. Déjame estar. Déjame serte.

El mundo se apagó. No importó dónde ni q. solo importo no tener q guardar nuestro tesoro de la vista de nadie. Ese tesoro q nadie quiere robar. Ese q todos abandonaron. Ese q no dejamos, q amamos, q no se nos fue y debía. Ese q no nos hace especiales, sino, no nos agrupa con nadie en este planeta.

Ahí vas. Solo. Y yo me muero del dolor por no poder cambiar eso.

Muero también de miedo. ¿Realmente existís? ¿No te soñé? ¿Me volverías a dar la posibilidad de hacerte feliz? ¿De quererte?

¿Q sería de mi sin vos? Príncipe ignoto.

Gracias por darme vida. Gracias por hacerme creer en mí. En ese sentimiento superior a todo humano. Gracias por existir.

Y te deseo, si. Como jamás desee nada. Pero no te necesito. Solo necesito saber q existís. Y eso pude comprobarlo. Existís y sos lo q creí q eras. Un niño con alas encerrado en un disfraz de un adulto.

¿Vas a dejar q te obligue a desnudarte ante mi? ¿Tendrías vergüenza, en mi presencia, de ser lo único q te hace resplandecer en este brillante mundo?

¿Tendrías el valor q yo no tengo de mostrarme, de decirme q si?

¿Tendrías las agallas de decirme q no?

Tu respuesta es indiferente. Nadie jamás va a ocupar tu lugar en mi vida. Nunca voy a dejar de verte como te veo. Especial. Nunca, no importa q, vas a dejar de ser mi niño con alas en un traje de adulto. Nunca vas a dejar de ser vos. Nunca lo hagas. Nunca…

Lluvia de estrellas

Número 27 no apareció. Ni siquiera número 26... Una verdadera lástima, porq tenía realmente muchas ganas de conocerla. Pero no importó. Número 23 realmente me sorprendió. Su fulgor, velocidad, presencia y su vida ante mis ojos me deslumbró y eso me bastó. Aunq admito intenté, por demás, llegar a ver a número 26.

La intemperie y la situación me hicieron recordar. Q pasó número 7? Por q me fallaste? Habías empezado tan bien; caíste, si, pero remontaste. Aunq solo para volver a caer...

Pero no te lo reprocho, 7. Gracias por haberme enseñado tanto, sin siquiera haber tenido la mas mínima intención.

Gracias por fallar.

La noche q te conocí, 7, conocí algo q jamás pensé conocer. Y vos, me diste la posibilidad de afianzarlo a mí, de tenerlo. Y si, lo tuve. ¡Cuánto lo tuve! ¡Cuánto lo contuve! ¡Cuánto lo necesite, y cuánto lo desee!

Y se fue, y volvió; volvió a irse y a regresó nuevamente. Siempre gracias a tu magia de concederme lo q necesité. ¿O quizá fue simple suerte?

Me gusta pensar q no, me gusta pensar q me lo entregaste, me gusta pensar…

Pero, el niño q llevo dentro me hizo cambiar de parecer. Ya no lo quiero. Lo necesito, si. No… Necesito lo q número 7 me dio. Pero sobre todas las cosas, necesito ser yo quien lo consiga.

Y ahora, quiero q seas vos, pequeño infante con alas reprimido en el cuerpo de un adulto.

No necesito de número 27. No. Ya no. Necesito hacer lo q a ella le hubiera pedido.

Número 27, hazme feliz sin miedo.